Cuando alguien
querido muere nos sentimos destanteados y no sabemos que hacer. Están tan
difundidas ideas sobre la muerte y el cómo deberíamos de reaccionar que
podemos sentirnos confundidas. Hay sugerencias de llorar todo lo que se pueda,
y otras que dicen que no porque no dejamos descansar a la persona que se
fue...hay quienes nos hablan de las etapas del duelo de Kübler Ross y puede que
nos sintamos a gusto e identificados ...o puede que no...Hay ideas religiosas
que nos ayudan y otras que no. Por ejemplo en Juan 11, 35 y 36 hablan de que
Jesús lloró cuando murió su amigo Lázaro y por esa razón los soldados dijeron
"miren cuanto lo amaba" y me pregunto de dónde viene la idea de que
si lloramos no descansan, cuando al parecer los que vieron llorar a Jesús lo relacionaron con el amor....¿habrá otras ideas distintas? Supongo que todas las
religiones, filosofías y profesionales de la salud ofrecen algunas opiniones al respecto y todas válidas,
algunas ayudarán otras no...
La psiquiatría y
la psicología hasta le ponen fechas, creo que 6 meses está bien pero si pasa de
un año es "duelo patológico o prolongado" ¿Será? L@s médic@s hasta
ofrecen sus pastillas a veces mucho antes de los 6 meses… con buenas
intenciones no lo dudo pero pocas veces funciona.
Con todo respeto
a los dimes y diretes, profesionales o no, ¿realmente alguien puede decir
cuanto y cómo debo de llorarle a un ser querido que murió? ¿Se podrá
generalizar? ¿Será lo mismo si fue mi mamá, mi hijo o mi amigo o esposo o mi
perro o gato o mi perico? ¿Dependerá del tipo de vínculo o de los lazos
consanguíneos o afectivos? ¿Será lo mismo si es un bebé en mi vientre, un adolescente o mi
padre anciano, o alguien con una enfermedad grave y terminal? ¿Si muere de
repente o tras una larga y crónica enfermedad? Y lo más importante ¿se puede
clasificar? A veces parece que si se muere un hijo hay "ciertos
derechos" de cómo manejarlo, pero si es un perro...como que no es lo
mismo...¿para quién? ¿Será cierto? Yo creo que no… nadie puede decir que un dolor es más grande que otro, cada quien sus dolores y no son competencias.
¿Realmente llorar
ayuda? ¿y si no puedo? algunas personas me consultan porque no pueden llorar. Casi siempre fue quien estuvo cerca cuidó. ¿Llorar es la única manera de manifestar la
tristeza?...¿siempre que alguien muere, debemos estar tristes?¿llorar? A veces,
¿no es acaso una liberación? Dependiendo de las circunstancias pensaría yo, de las personas y de la relación que había...Hay ocasiones
en que se podrá sentir paz y agradecimiento, liberación como en una enfermedad
larga y dolorosa...o no...según. Solo quiero comentar que hay muchas maneras de sentirse, y seguramente ese sentimiento no es fijo y va cambiando con los días.
Pienso que hay
tantas maneras diferentes como personas para reaccionar ante la muerte de
alguien a quien queremos...pero luego pareciera que nuestra sociedad ofrece
maneras únicas de hacer las cosas y les pone el título de
"normalidad" y quien no entre ahí, se gana la etiqueta de
"anormal" o "patológico" o "enfermo" o
"raro" o el juicio o mandato de "¿no deberías....? Y yo me pregunto, ¿y porqué debería? En una ocasion me visito una mujer muy triste, lloraba y no se animaba a decirme que le pasaba porque temía que la juzgara de loca. Le dije que yo no era juez, platicamos un rato y luego me dijo que estaba muy triste porque había muerto su perico, no se atrevía a contarlo por temor a ser vista como anormal o loca. Le pedi que me contara historias de su perico y al irme contando su animo cambió y además me enseñó plumas que traía guardadas con mucho cuidado. Las historias que me contó eran de compañía y cariño, las plumas hermosas llenas de color. ¿Cómo iba a ser anormal lo que sentía? De alguna manera esta tan difundido a qué le podemos llorar y a qué no que ella se sentía así. Se fue con otro ánimo y a mi me dejó con una buena experiencia y nuevo aprendizaje.
Tantas ideas
sobre la muerte, que si vamos a resucitar, que si reencarnamos, que si vamos a
otra dimensión, que si solo nos volvemos polvo, o somos parte de todo lo que existe....Supongo que a cada
quien de manera diferente, según sus creencias, puede ayudar. Son muchas ideas,
¿habrá UNA verdad?
Independientemente
de todo, al morir la persona, al morir su cuerpo biológico, no quiere
decir que la relación tenga qué terminar....
"Recordar es volver a
vivir" dice el dicho, y es cierto, la relación con los que amamos puede
continuar, y en un momento difícil o de duda hasta pueden seguir ayudándonos.
¿Qué me diría mi abuela, mi esposo, mi hijo...ante esta situación? Y claro que
encontraremos una respuesta. "Es una proyección de ti mism@"
dirá alguien. ¿Será? ¿Acaso no conocía a mi abuela, hermano, esposo, amig@ como
para saber qué pensaba y qué podría decirme? La respuesta se basa en el
conocimiento que tenemos de la persona, en la experiencia de la relación, en el
vínculo de afecto que tenían...es REAL y no ficticio....o podemos recordar anécdotas y reír. He visto que cuando las personas recuerdan momentos compartidos, cambian a que si se quedan con la ausencia, sobre todo si los recuerdos son agradables.
A mí me gusta
esta idea, la relación continua, aunque su cuerpo ya no está, es parecido a
cuando la gente viajaba y no había la tecnología de hoy, las personas
seguramente tenían conversaciones con las personas ausentes, en su mente o
corazón, donde quieran o como quieran llamarle...en ese entonces las cartas tardaban en llegar y a veces llegaban cuando la persona ya había fallecido.
Yo no quisiera
dejar atrás a mi madre, a mi hij@, amistad, pareja, perro...ni creo que llorar
les haga daño, porque me conocen y saben que les extraño o que se vayan a enojar si siento paz y liberación...Pero como
dice el dicho, en gustos se rompen géneros.... y el respeto a las diferentes
creencias me parece importante.
Una manera de hacer más viva la presencia
de la persona que ya no está podría ser recordando lo más que podamos de ella y así tener una gran variedad de recuerdos de la relación que teníamos. Seguramente habrá de todo, recuerdos graciosos, alegres, también de enojo, tristes, de molestia, fastidio, aburrimiento, satisfacción, en fin, deben de haber muchas historias para recordar.
Las siguientes preguntas son
meras sugerencias, tu puedes hacer tus propias preguntas, cualquier cosa que desees hacer para mantener viva su
presencia es válida.
¿Qué es lo que quieres recordar de ella (él)?
¿Cuáles eran sus gustos, comidas o cosas
preferidas?
¿Qué cosas recuerdas de él/ella,
conversaciones, hechos, ideas que quieras conservar?
¿Cuáles fueron sus frases favoritas, o
las palabras que siempre decía que quieran recordar?
¿Qué es lo que más apreciabas de ella/él?
¿Qué significó su presencia en la vida de
cada uno/a de ustedes?
¿Qué les aportó?
¿Qué creen que haya aportado a otras
personas que la (lo) conocieron?
¿Qué crees que dejó aquí: recuerdos,
ideas, convicciones, influencias?
¿Cómo crees que fue su vida por haberte
tenido en ella?
¿Qué creen que él o ella apreciaba de
cada uno/a de ustedes?
¿Cómo fue tu vida por haberlo/la
conocido?
¿Cómo crees que quiera ser recordado/a?
¿Cómo te gustaría recordarlo/a?
Estas son solo unas preguntas que pueden
servir, puede haber muchas otras, las que quieras hacer para mantener la
memoria y el recuerdo más vivo de la persona que ya no está. Podemos seguir
aprendiendo de sus ideas, sus influencias o lo que nos pueda seguir aportando.
De esta manera podemos sentirnos menos solas/os en el camino de la vida porque
su presencia nos acompaña.
Michael White comentaba que en lugar de decir adios, prefería decir hola otra vez. Me gusta la idea.
La lista de preguntas las traduje y modifiqué de un artículo que leí: Remembering Joan: Re-membering practices as eulogies and memorials. de Mark Trudinger. 2009.